Jalados


Un balance negativo deja la mini gira peruana por tierras europeas. Dos partidos perdidos con cinco goles en contra y ninguno a favor. Más que por el resultado, por el nivel exhibido ante dos selecciones que jugaron a media máquina como Inglaterra y Suiza. En teoría, y en la práctica, ampliamente superiores a los dirigidos por Pablo Bengochea. Los peruanos fueron más un juguete que rival.

Al final queda la sensación de que se fue a cumplir. No se vio a un equipo con ansias de plantear algo diferente, de querer ser un rival exigente ante selecciones mundialistas. Tal vez no se pudo por la poca aptitud de los jugadores nacionales. De todos modos, con esos jugadores no se puede pensar en cambiar las cosas a corto plazo. Hay muchos que ya cumplieron su ciclo y otros que están por hacerlo.

Son pocos los jugadores que han dejado buenas sensaciones de cara al futuro. Y no es casualidad que hayan sido jugadores que actúan en el exterior. Tanto Jean Deza como André Carrillo fueron los únicos jugadores que se atrevieron a hacer algo más que el resto. Se mostraron mucho más y no tuvieron miedo del rival de enfrente. Los del medio local confirmaron la distancia sideral que tienen con respecto a la alta competencia.

Se ha desaprovechado la oportunidad de trabajar seriamente rumbo a Rusia 2018. Tal como lo viene haciendo Paraguay hace un tiempo, incluso durante las eliminatorias cuando se le confirmo como el primer eliminado. Aprovecharon el momento para replantear las cosas y jugar cada amistoso como un examen con miras a las siguientes eliminatorias. Acá en cambio no se hace nada, cero planificación, cero análisis y cero compromiso.

La FPF solo ve la parte económica en los amistosos que gestiona, Lo deportivo es secundario. Hasta para la logística muestran una alarmante dejadez que termina en convocatorias apuradas e improvisadas. Se hace todo a última hora y por ello es “normal” que algunos jugadores no terminen yendo a los partidos. A eso hay que sumarle la poca capacidad para comprometer a ciertos jugadores y darles “merecidas” vacaciones.

Insisto que Bengochea no tiene la culpa de ser el DT de la selección. Eso sí, ya no tiene el benéfico de la duda porque ya tuvo sus dos primeros partidos y es hora de evaluarlo. El balance no es positivo y tiene que torcer el rumbo en cuanto a las decisiones que va a tomar a futuro con jugadores que se creen intocables y escogen sus propios partidos. A nivel juego, muy pobre lo ofrecido ante los europeos, demasiadas carencias para un equipo ya de por sí bastante débil.

Jugando así es difícil que se pueda aspirar a una clasificación. Un equipo demasiado frágil para la competencia internacional. Imposible querer conseguir cosas importantes con pocos jugadores en ligas importantes del mundo. Peor aún, si de los pocos que tenemos, muchos ya están de vuelta a casa. Exigirles resultados es como pretender apagar el sol con la palma de la mano.

He dicho.

 

 

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