Purga a Burga
No hay peor
ciego que el que no quiere ver ni peor sordo que el que no quiere escuchar. Sin
embargo si hay un sujeto que es capaz de sobrepasar la paciencia de 30 millones
de peruanos y ese es Manuel Burga, atornillado presidente de la FPF. Capaz de
soportar burlas, insultos y demás cuestiones a cuenta de nada, según él, pero
que es evidente que detrás de tanta necedad hay algo que oculta y que lo
mantiene con sed de poder.
Esas ganas de
mantenerse 4 años más a pesar de tener una desaprobación del 93%, es una confirmación
de que no ocupa un puesto ad honorem. Nadie con una pizca de dignidad puede
aguantar tanto. Representa todo lo opuesto al honor. Es innegable que busca el
beneficio personal por sobre el beneficio del futbol peruano. No le interesa
aportar, solo viajar y gozar de todo lo que el mundo futbol da a través de la
FIFA.
Siempre se
las arregla para sacar un as bajo la manga cuando las cosas no se ven bien para
él. Irónico por excelencia, usa a la prensa como medio para burlarse de esos
millones de peruanos que no lo soportan ni un minuto más. Experto en el arte de
la cachoceria y de la conveniencia,
arma conferencias payasescas en donde
lo único que hace es contestar las preguntas que él quiere.
Tiene el
descaro de atribuirse logros deportivos que no le corresponden, solo por el
hecho de haber sido logrados durante su gestión. Y saca cuerpo ante los
fracasos diciendo que él no juega. Aparte de incapaz, cobarde para no reconocer
falencias. Habla mucho de sus logros administrativos pero al público eso no le
interesa, sino más bien ver a su país en el mundial de futbol. Mundial al cual
el susodicho ha tenido la “suerte” de asistir desde que es el jefe máximo de la
entidad futbolística peruano.
Hace rato que
ha perdido el miedo al ridículo y a la poca vergüenza. Desafía a los altos estamentos
legislativos del país con una facilidad que ya cansa y ofende. Un sujeto que
amenaza a todo un país ante cada amago de intervención, es simplemente un
caradura que no merece ni un ápice de respeto. Bajo la premisa de la desafiliación,
tiene amenazados a todo un país y nadie, parece, es capaz de hacerle frente.
Para sacarlo
hay que darle donde más le duele: el ego, Es ahí donde el señor puede cometer algún
error que pueda llevarlo a la Av. San Luis, fuera de la Videna, lugar donde se
atrinchera de Lunes a Viernes, haciendo no se sabe que, cualquier cosa menos
trabajar de eso estamos muy seguros. Esperemos que la tiranía de este señor acabe pronto.
El futbol
peruano no va a mejorar automáticamente con la salida de Burga, pero el aire
que se va a respirar en el ambiente va a ser purificado de tal manera que
podemos empezar a soñar con algo diferente. Nuestro futbol necesita de un líder
con capacidad de gestión y comprobada honorabilidad, cualidades que el sujeto
en mención no tiene ni por asomo.
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