Lapadula no va


La novela de Gianluca Lapadula parece haber llegado a su fin. Por lo menos para quienes pensamos que en su cabeza jamás estuvo vestir la camiseta de la selección peruana de futbol. Para los que se resisten a dejarlo ir, queda el hecho de que solo ha pedido paciencia para primero definir su futuro profesional (que es lo que más le importa ahora mismo y no tiene nada de malo).

Se valora que Gareca haya ido a conocerlo. Y también que el jugador lo haya recibido. Pero eso no cambia en nada el hecho de que el jugador del Pescara este más atento a una posible convocatoria italiana y a un posible pase a la Juventus a mediados de año. Su actualidad goleadora lo ha puesto en la mira de varios clubes de primera división. Hoy la serie B es un torneo altamente competitivo y ser goleador te valoriza tremendamente.

Hijo de madre peruano, pero fuera de eso, ningún lazo con la cultura ni el entorno peruano. Lapadula sabe que jugar por una selección menor podría minar sus posibilidades profesionales a futuro. Lo sabe muy bien pero no lo dice abiertamente. Prefiere tener la opción de defender a Italia, con las ventajas que esto implica. Eso significa mayor exposición y la posibilidad de jugar un mundial.

Para ello tiene que fichar por un club de la serie A. La Juventus-club del cual es hincha-suena fuerte pero también podría llegar al Chievo o al Empoli en primera instancia. Hoy Italia no tiene un 9 indiscutible y Gianluca podría tener opciones reales de ser tomado como una posibilidad. A pesar de que muchos periodistas del medio no le dan ni la más mínima chance. Quizás, guiados por lo que ellos consideran una “shoteada” monumental al equipo de Gareca.

Están también los que piensan que podría variar su decisión dependiendo de los resultados de Perú en la fecha doble de marzo. A ningún jugador le gustaría entrar a una selección con escasas posibilidades numéricas de clasificar a un mundial. Menos que lo vean como el salvador. Lapadula no está para ser el nuevo Pizarro. Recién si ve que no tiene espacio en Italia podría decidirse por Perú, pero no es algo a corto plazo.

La escasez de jugadores hacen que nos emocionemos por posibilidades que tampoco son la llave para llegar a un mundial. Un jugador no puede hacer todo solo. Lapadula sería una variante más para el gol, pero, dado lo neurótico del medio, podría convertirse en el nuevo Pizarro si el arco se le cierra dos partidos. El hincha exige, pero no da. La paciencia no es una virtud en el aficionado promedio. Por esto y muchas cosas más, Lapadula NO VA.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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