(Not) Made in Peru


Con el reciente fichaje de Renato Tapia por el Feyenoord de Holanda, se confirma una tendencia con respecto a los jugadores nacionales. Se dio con Paolo Guerrero, con Carlos Zambrano y ahora con Tapia. No debutar en la primera división peruana les ha posibilitado trazar un plan de carrera exitoso. Con algunos altibajos sí, pero en líneas generales bastante productivo.

Carlos Zambrano lleva varios años en Alemania siendo uno de los zagueros más respetados de la Bundesliga. Hoy figura del Eintracht Frankfurt, debuto con el Schalke 04 y paso por el St Pauli, todos equipos de Primera División. Es uno de los jugadores nacionales más cotizados actualmente y ya se habla de varias ofertas apena concluya la temporada. Fiorentina y Galatasaray ya le han apuntado la placa.

Paolo Guerrero se hizo en Alemania, pero en Brasil gano un nombre a nivel internacional. Primero como figura del campeón mundial de clubes Corinthians, y ahora como emblema del equipo más popular, Flamengo. A pesar de que el 2015 no fue su año, los hinchas del Mengao todavía confían en su capacidad goleadora. Tres goles en dos partidos en este inicio de año, reafirman lo mencionado.

Renato Tapia es un producto hecho en Esther Grande, pero desarrollado en un mercado como el holandés que es considerado uno de los mejores del mundo a la hora de formar jugadores. Su proceso de formación fue el mismo que actualmente realiza Beto Da Silva en el PSV. Primero juegan en la filial (Jong team) y de ahí poco a poco ganan oportunidades en el primer equipo. Con solo 20 años, se consolido en el Twente y ya es parte del Feyenoord.

Emigrar joven ayuda. Más aun en países como el nuestro, en donde el entorno no es de los mejores para tentar un plan de carrera óptimo. Se paga mucho, pero se juega poco. Se promueve el conformismo de manera absoluta. Eso perjudica a la hora de tentar participar de una manera destacada en torneos internacionales. No hay proporcionalidad entre lo que se paga y lo que se juega. Vivimos en una burbuja.

No solo en el plano deportivo sirve, sino también en el personal. Ayuda al jugador a crecer como persona y moldear una personalidad más fuerte. Le cambia la mentalidad. Uno ve a los tres jugadores mencionados y le atribuye características distintas al jugador peruano promedio. Si bien a veces se pasan de revoluciones, son esas ganas de no perder las que los llevan a tener un temperamento distinto.

La selección necesita de más jugadores formados en el extranjero. Para llegar a un mundial se necesitan jugadores comprometidos y fuertes mentalmente. Rasgos que no encontramos, lamentablemente, en la mayoría de nuestro producto casero. A los que juegan afuera se les exige más porque compiten en medios más exigentes. Están acostumbrados al rigor de la competencia en todo sentido. Están preparados para las presiones.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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