Una Culebra Sin Veneno

Andre Carrillo fue transferido en el 2011 al Sporting CP de Portugal con tan solo 21 partidos en Primera con la camiseta de Alianza Lima. Con 20 años se ganó rápidamente la titularidad en el cuadro luso, algo no muy común para el futbolista peruano promedio. Una venta por casi un millón de dólares que le abrió las puertas del fútbol europeo.

Los mejores años de Carrillo fueron en el cuadro verde y blanco. Ganó dos títulos, la Copa de Portugal y la Supercopa. Pretendido por varios equipos, el jugador entró en conflicto con el club y salió libre ( luego de varios meses colgado) al multicampeón Benfica en donde se consagró campeón de Liga pero con menos protagonismo y no siendo titular. Fue prestado una temporada al Watford inglés en donde tampoco tuvo actuaciones estelares.

Su gran actuación en el Mundial de Rusia 2018 hizo pensar que podría recalar en un club importante a nivel europeo. Sin embargo eligió irse al emergente fútbol árabe y sus millones. El Al Hilal le dió la posibilidad de ganar títulos y bastante dinero. Pero también le dió la posibilidad de conformarse a nivel profesional y no aspirar a mayores retos. Con o sin razón, Carrillo encontró su lugar en el mundo. 

Aún así seguía aportando bastante a nivel selección. Marcaba la diferencia tanto en Copa América como en las eliminatorias para Qatar. El bajón vino cuando decidió dejar Al Hilal por irse a ganar más plata al Al Qadsiah de la segunda división. Diferencias notables entre la primera y segunda de Arabia. Consiguió ascender pero a costa de perder velocidad y ganas. Algo que se ha visto notablemente evidente en este último año jugando para Perú.

Sus grandes virtudes han desaparecido. Poco queda de ese Carrillo que jugó contra Francia en Rusia hace 6 años. Si bien la edad influye, estar en un entorno donde la exigencia es poca ayuda a relajarse y perder capacidades futbolisticas. El Carrillo de los primeros años en Portugal y los primeros años en Arabia se ha reducido a una versión apática que más que aportar, entorpece el juego de la selección de Fosatti. 

Hoy tranquilamente es un jugador descartable. Pero para un equipo como Perú, escaso de figuras nuevas, recurrir a la vieja guardia siempre será una opción. Aunque sea una culebra que ya no pique. Hoy Carrillo ya no tiene veneno.


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