Cual es la final?

Resulta curioso que a esta altura del año y en epoca de definicion por el titulo nacional, se jueguen dos clasicos casi al mismo tiempo que la final. Uno en Miami un dia antes que la primera final en Cusco y el otro a jugarse el viernes a puertas del partido que deberia ser el mas importante del año en el futbol peruano. Nadie discute la importancia de Alianza y la U- aunque el presente de ambos diga lo contrario- en la historia de nuestro campeonato pero hacer dos partidos casi en conjunto con la final es una movida poco elegante.

Con el partido en Miami hubiese sido suficiente. O en todo caso, desarrollar ambos partidos fuera de las fronteras. Hubiesen jugado los dos en EEUU con una diferencia de dias entre partido y partido. El partido en Lima- y a dos dias de la final y en el mismo estadio- está demás. Razón tiene el presidente de Cristal para mostrar su fastidio ante tal situacion. No es adecuado ni bueno para el producto futbol, que la final pierda interes. El clasico atenta contra el normal desarrollo de la final no solo en el tema de exposición sino en el tema de la cancha. La final NO puede jugarse en un campo en mal estado.

Se habla mucho más de los clásicos que del propio Cristal-Garcilaso. Se "premia" a dos equipos que hicieron las cosas mal durante todo el año, perjudicando a otros dos que se preocuparon por darle nivel a un torneo que, desde su concepción, estaba destinado a ser un mamarracho más. Obviamente en este caso los jugadores no tienen la culpa de nada. Es más, son las victimas de dirigentes que no tuvieron la capacidad ni las ganas de gerenciar adecuadamente su club. Dirigentes sin vision ni mision para llevar a cabo un proyecto exitoso. Los administradores temporales hacen lo que pueden pero en esta ocasion les falto un poco de manejo situacional con respecto al partido de Lima.

Si bien es cierto que la fnal se va a jugar a estadio lleno, tambien lo es que la expectativa en comparacion a un clasico es mucho menor. Los compadres se juegan algo más que un simple partido, se juegan el orgullo. Alianza quiere estirar la paternidad de este año y la U va a querer terminar el año ganando el último clasico. Esto vende y termina por crear una atmosfera importante alrededor de un partido que a estas alturas no debería haberse programado. Perjudica además a los auspiciadores de la final pues termina por quitarle cierto protagonismo a los que van a jugar el sabado.

Sin llegar a ser propiamente una estrategia de ambush marketing, los auspiciadores del clasico del viernes podrían verse más beneficiados que los del domingo, sin querer queriendo como diria el chavo del ocho. En una temporada para el olvido, este clasico del 7 de Diciembre podria generar una sensación de desinteres excesivo para los intereses comerciales y deportivos de la gran final del futbol peruano. En resumen: una campaña olvidable de Alianza y U puede convertir, gracias a la viveza empresarial, en olvidable una final de futbol peruano. De ninguna manera se habla de falta de etica ni de mala fe. Simplemente ha habido un desatino descomunal.

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