Intereses creados


Real Garcilaso, en poco tiempo, se ha convertido en un dolor de cabeza para los grandes equipos de esta parte del continente. En el 2013 lo sufrieron Nacional de Montevideo y Cerro Porteño de Paraguay, equipos con una historia futbolística años luz mayor que la del novel equipo de la ciudad del Cuzco. Este año la primera “victima” ha sido el poderoso, y actual campeón del Brasileirao, Cruzeiro de Belo Horizonte.

La diferencia es que los dos primeros aceptaron su derrota, mientras que los brasileños no han podido asimilarla de la mejor manera y están tratando de desvirtuar el tema con las agresiones racistas hacia su jugador Tinga. Agresiones y burlas francamente condenables y merecedoras de algún tipo de sanción, sin lugar a dudas, pero los brasileños ya están haciendo cuestión de estado el asunto.

Pedir la exclusión del conjunto cuzqueño es absurdo y de mala fe. El elenco celeste no puede hacerse responsable de la ignorancia y estupidez de un conjunto de personas que van al estadio con el ánimo de ofender a jugadores del conjunto rival. Más aún, si en el equipo de Fredy García hay jugadores de raza negra, lo cual duplica la tontería de querer tildar de racista al Garcilaso.

Si los brasileños quieren sentar un precedente, se equivocan. Están alentando un absurdo que podría ser utilizada por equipos inferiores para ganar partidos so pretexto de que el rival es racista. Cualquiera podría usar esa “estrategia” para sacar de carrera a equipos superiores en el ámbito deportivo. Es tan fácil comprar camisetas que cualquier desadaptado podría ponerse la del rival para sacarlo del camino.

El tema acá es claro. Cruzeiro no esperaba ser derrotado por el humilde conjunto cuzqueño. Peor aún, no esperaba que le voltease el partido. Teniendo en cuenta que el grupo tiene a la Universidad de Chile (cuco de los brasileños), no les conviene tener otro equipo con opciones de clasificar, máximo si se va a hacer complicado como local. Sacarlos del campeonato prácticamente asegura la clasificación de los azules.

Sacar la cara por los cuzqueños tiene que ser prioridad del mandamás de la FPF. No se puede permitir que se cometa un abuso de tamaña proporción. Sanciones al estadio y multas al equipo local-en este caso Real Garcilaso- son las únicas opciones dables. Excluirlos de la Copa Libertadores sería un hecho oscuro y poco justo. Ya es hora que la voz de los peruanos se haga escuchar y no dejemos que nos pisen el poncho una vez más.

 

 

 

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