Clásico es ganar

Después de 14 años Alianza Lima y Universitario se vuelven a enfrentar en una final por el título nacional. Los primeros como campeones del Apertura, los segundos del Clausura. En el acumulado, los intimos terminaron el año en lo más alto. Ambos equipos dirigidos por técnicos uruguayos, lo que deja a las claras que van a hacer dos partidos sumamente disputados.

¿Quién llega mejor? Eso no importa, más si es un clásico. Universitario viene embalado anímicamente como ganador del último torneo del año. Torneo que Cristal y Alianza dilapidaron con puntos perdidos de forma increíble en calidad de local. Al menos los de La Victoria mantuvieron su distancia en el acumulado y aseguraron su presencia en la final con varios fechas de anticipación.

Lo mejor de la U fue Piero Quispe. De Alianza, Hernán Barcos. Uno arrancando su carrera en el fútbol, el otro dándole las últimas pinceladas. La edad es lo de menos cuando se juega bien. En un país acostumbrada a llamar "promesas" a jugadores de 23 años, es sano que aparezcan talentos como Quispe y rápidamente se hagan de un lugar en el once titular de su equipo. Jugando seguido es más fácil que pronto puede salir al exterior.

Las lesiones han condicionado mucho a Alianza en el Clausura. Aún así llegó hasta la última fecha con chances. Los fichajes han sido determinantes para cada equipo y en cada torneo. Sabbag en el Apertura y Flores en el Clausura. A nivel general, mejor suerte ( ¿o gestión?) tuvo la U en sus fichajes. Para Alianza ha sido una tortura tener a todos en plenitud. Algunos con lesiones crónicas. Todo esto absoluta responsabilidad de la gerencia deportiva.

De todos modos. los clásicos son un partido aparte. Y más aún en una final. No importa quien viene mejor. Si el día del partido uno se levanta con el pie izquierdo, chau. Alianza define la llave de local. La U necesita imponerse claramente en el partido de ida. En los últimos años a ambos les ha ido mejor jugando de visitante. Ambos con técnicos invictos jugando de local ( en el caso de Larriera invicto en general).

Para Alianza la posibilidad de lograr el tricampeonato y zafarse de esa mala racha de finales perdidas contra Universitario. Para los cremas la posibilidad de alcanzar, finalmente, la estrella 27 luego de 10 años. La presión es para los dos. En pocos días se sabrá quien es el campeón. Los clásicos se ganan, las finales más aún.











































































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