El baile de los que sobran

Representar a su selección a nivel internacional debería ser la maxima aspiración de un futbolista a nivel profesional. Jugar un mundial debería ser la meta más alta de un futbolista profesional. Vestir la camiseta nacional en eventos internacionales es, para muchos, un honor que solo algunos pocos tienen la suerte de concretar. En resumen, jugar para tu país es algo que no tiene precio.

Sin embargo, en nuestro cada vez más empobrecido fútbol peruano, eso no parece existir. Para algunos jugadores-no todos valga la aclaración- estar en la selección es lo mismo que estar en el equipo de su barrio, de su cuadra, o de lo que sea. La motivación prece que es la misma y las obligaciones también. No tienen ni idea de la responsabilidad y compromiso que representa el vestir la camiseta nacional( por más que sea de nuestra alicaída blanquirroja).

De los errores se aprende, dicen. Habrá que pedirle a Manco y Galliquio que se graben esta frase en algun lugar de la cabeza. Especialmente el, mal llamado, O Rei, quien suma una perla más a su largo prontuario de poco profesionalismo, acaecido en los últimos tiempos que devino en que el PSV se deshiciera de él por la cuarta parte de lo pagado un par de años atrás. A falta de selección(no será convocado más en el proceso de Markarían) la única manera de que el Aurich recupere la "inversión" es clasificando a un torneo internacional.

Lo de Jefferson Farfán es un tema aparte. Irresponsabilidades acumuladas en los últimos años que ya le están pasando factura. Fuera de sus líos personales, está la poca paciencia que le está teniendo Felix Magath en el Schalke 04. Relegado a la suplencia, la poca ambición de Farfán podría tenerlo fuera muy pronto de la elite del fútbol mundial. La suspensión de un año por el caso Golf los Inkas tuvo en Farfán al único jugador que no se manifesto al respecto, ya sea para negar su partcipación o para hacer una autocritica. Pareciera que le importase muy poco lo que se piense de él.

La Selección, por más devaluada que este, no es para cualquiera. Solo aquellos que puedan asumir el compromiso son los indicados para poder representar a los 28 millones de peruanos. A juerguear no se va. Para eso tienen sus tiempos libres y sus vacaciones. Mientras tengan el escudo en sus camisetas están representando a todo el país y por tanto deben comportarse a la altura de las circunstancias. Se les exige profesionalismo y verguenza deportiva. Perder es una posibilidad dentro de todo deporte; desbandarse no.

Lamentablemente los hechos se repiten y, una vez más, se da un caso de indisciplina durante un compromiso de selección. Queda claro que hay jugadores que no sienten la camiseta y por eso es mejor que nunca más sean convocados. Asi sean jugadores de categoria internacional. Lo que se necesita es comenzar a trabajar con aquellos que verdaderamente tengan la intención de sudar la blanquirroja. La limitaciones técnicas se pueden ir puliendo con el tiempo.

Punto aparte para el periodismo. Su función es informar y no especular. La imagen tomada por el hincha en Panamá no permite, ver siquiera, a los jugadores ya confirmados. Es fácil decir "podrá ser","aparentemente sería" cuando el daño al jugador aludido ya está hecho. A Guizazola y Fano se les puso en la mira publica sin haber confirmado su participación en los hechos. Hay cierto periodismo que se escuda en el sin confirmar para generar exclusivas en beneficio propio sin importarles que están perjudicando a terceros.

Sanción a los indisciplinados, si. Pero también debería caer algún tipo de llamada de atención para aquellos periodistas que se dedican solo a destruir y no aportan absolutamente nada, generando rumores que alimentan el odio del, ya de por si, sufrido hincha.

Todo aquel que no quiera aportar, sobra. Sea jugador, dirigente o periodista. La pelota está en marcha y los que no quieran jugar, se pueden ir a bailar solos.