De amor a la camiseta no se vive

No hay frase más tribunera que " me quedé en el club por amor a la camiseta". Son varios los jugadores que pretenden elevarse a la categoria de ídolos caseros utilizando frases de esa índole. Me parece alucinante que un jugador pueda decir eso estando casi 9 meses sin cobrar. La hinchada no lo va a mantener, no le va a pagar. ¿Acaso eso no le importa?. Muychos hinchas aplauden este tipo de gestos pero ¿acaso ellos estarián dispuestos a trabajar en esas condiciones? Los mismos que aplauden este tipo de actitudes dudo que puedan estar , siquiera, 2 meses sin recibir su sueldo.

A un jugador no se le puede cuestionar su amor por una camiseta si decide irse en busca de mejores oportunidades laborales. Asi es, para ellos esta es su profesión y por tanto deben tratar de encontrar las mejores opciones. Casos como el de Johan Fano y Luis Trujillo recientemente, no deberían tratar de cuestionar sus decisiones. Me parece plausible que decidan partir en busca de mejores oportunidades, más aún si no reciben sueldos por más de tres meses. Fuera de que sean buenos o malos jugadores, son profesionales. Además siempre quien busca mejoras es porque tiene aspiraciones.

Asimismo, quien es capaz de resistir 8 meses sin cobrar, mis respetos. O se cagan en plata o son unos reverendos boludos, perdonen la expresión. En un país donde un dirigente deportivo tiene menos credibilidad que un banquero griego, creer en ellos es simplemente una oda al boludismo. Si te la hicieron una, dos, tres y hasta ocho mesas, quien te asegura que no te la vuelva a hacer. Eso no es amor a la camiseta, es simplemente dejarse de llevar por promesas que nunca van a llegar. Uno se hace idolo a punta de actuaciones en la cancha y no por actitudes como esta. Serán idolos de la hinchada pero no de sus familias que son las que necesitan la plata.

Si uno no se hace respetar, más que seguro que al final va a terminar siendo paseado olimpicamente por nuestras joyas dirigenciales que nunca dan puntada sin hilo y siempre buscan algo que termine beneficiandolos a ellos. El amor a la camiseta no se mide por no cobrar, se mide por lo que deja uno en la cancha. Es hora de que en este país seamos más profesionales y hagamos la cosas con seriedad. Sacar pecho porque tus jugadores no cobran y se quedan es poco elegante y poco aspiracional. Saca pecho por lo que ganas en la cancha y no porque lo que hablas y haces afuera de ella.

Con lo competitivo y profesional que se ha vuelto el deporte, el amor a la camiseta se mide de otras maneras y no por dejar de cobrar varios meses. El negocio deportivo implica un mayor compromiso por parte de los jugadores y para ello el empleador tiene que cumplir con sus obligaciones. Rendir en la cancha tiene que ir de la mano con recibir el pago respectivo por el trabajo que se realiza diariamente. Tan simple como eso, nada más.

El hincha puede celebrar actitudes de desprendimiento de los jugadores.Es lógico pues para ellos el fútbol no es un negocio sino una fuente de descarga después de una semana de trabajo. Lo ven de otra manera, lo sufren de otra manera. Aman incluso más la camiseta que los mismos jugadores pero no saben lo que rodea al jugador mismo. No viven con él, no conviven con sus problemas diarios. No se puede enaltecer ni destruir a un jugador por decisiones tomados con el objetivo de mejorar su calidad de vida.

Se apellide como se apellide, el futbolista vive de su profesión, no de una sola camiseta.

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