Responsabilidades compartidas
Acabo una nueva pesadilla para nuestra selección. Eliminados, una vez más, y condenados a ver el mundial por televisión nuevamente. No se puede decir que es injusto, hicimos los méritos suficientes para no quedarnos con uno de los cinco cupos a Brasil. Se hicieron mal las cosas a nivel dirigencial, futbolístico, periodístico y de afición. La división de las partes fue determinante para terminar eliminados.
Material futbolístico había para aspirar a una posible clasificación. Tal vez no en los primeros lugares, pero si para luchar por el cuarto o quinto puesto. Era la oportunidad de PIzarro, Vargas y Guerrero, para tentar la posibilidad de ir finalmente a un mundial. Y de la mano del Dt que TODO el país quería, Sergio Markarian. Una aprobación de más de 80% que al final término con menos del 35%.
Se confió mucho en la chapa de mago del técnico uruguayo pero no se fue consciente de las limitaciones mentales del futbolista peruano, especialmente del que juega en el medio local. Si a eso le sumamos la poca capacidad de análisis de cierto sector de la prensa y la poca tolerancia del hincha peruano promedio, vemos que la combinación término por explotar finalmente.
No es malo exigir en tanto se de en igual proporción. La hinchada exige rendimientos al nivel de Arentina y Brasil pero no asumen que nuestra realidad futbolística esta a la par con la de Bolivia y Venezuela. El futbolista peruano debería estar en capacidad de asimilar la presión y volcarla en la cancha pero sucede todo lo contrario y las cosas terminan mal. Tener la responsabilidad les termina generando resultados adversos.
La prensa, ya lo hemos dicho varias veces, se limita a enterar ganancias para sí mismo y levanta jugadores de la misma forma que después los destruye. La crítica facil les funciona muy bien porque saben que de esa forma maximizan las ganancias. Más aún despues de una derrota y en donde el aficionado esta ávido ppr despotricar contra los jugadores y comando técnico. Que mejor que ver reflejada esa frustración, en el periódico de turno.
Tal vez se esperó demasiado de un grupo de jugadores con potencial pero que no estaban preparados mentalmente para afrontar una eliminatoria tan dura como la sudamericana. Tenemos muy buenos jugadores pero, a diferencia de las selecciones clasificadas, no todos juegan en equipos top del mundo (sólo Pizarro y como suplente habitual). A eso hay que sumarle que a los jugadores del medio local les osto ponerse al mismo nivel ellos que venían de afuera.
No hay que olvidarse del incapaz de la FPF, un sujeto con poca capacidad de autocrítica y cuya única prioridad es quedarse para siempre en la presidencia de la institución. Alguien con criterio, dignidad y honestidad, daría un paso al costado pensando en el bien general y no propio. Se necesita renovación de manera urgente. No asegura resultados pero si mayor limpieza en el entorno.
En un año arranca el mundial. Seis meses después arranca un nuevo proceso. Seamos conscientes de nuestras limitaciones y trabajemos en base a ellas para poder aspirar a lograr cosas importantes jalando todos para el mismo lado, sin exigir imposibles ni vender humo. Sin unión de jugadores, dirigentes, afición y periodismo, todo es imposible. Ya lo venimos comprobando hace más de 30 años.
Material futbolístico había para aspirar a una posible clasificación. Tal vez no en los primeros lugares, pero si para luchar por el cuarto o quinto puesto. Era la oportunidad de PIzarro, Vargas y Guerrero, para tentar la posibilidad de ir finalmente a un mundial. Y de la mano del Dt que TODO el país quería, Sergio Markarian. Una aprobación de más de 80% que al final término con menos del 35%.
Se confió mucho en la chapa de mago del técnico uruguayo pero no se fue consciente de las limitaciones mentales del futbolista peruano, especialmente del que juega en el medio local. Si a eso le sumamos la poca capacidad de análisis de cierto sector de la prensa y la poca tolerancia del hincha peruano promedio, vemos que la combinación término por explotar finalmente.
No es malo exigir en tanto se de en igual proporción. La hinchada exige rendimientos al nivel de Arentina y Brasil pero no asumen que nuestra realidad futbolística esta a la par con la de Bolivia y Venezuela. El futbolista peruano debería estar en capacidad de asimilar la presión y volcarla en la cancha pero sucede todo lo contrario y las cosas terminan mal. Tener la responsabilidad les termina generando resultados adversos.
La prensa, ya lo hemos dicho varias veces, se limita a enterar ganancias para sí mismo y levanta jugadores de la misma forma que después los destruye. La crítica facil les funciona muy bien porque saben que de esa forma maximizan las ganancias. Más aún despues de una derrota y en donde el aficionado esta ávido ppr despotricar contra los jugadores y comando técnico. Que mejor que ver reflejada esa frustración, en el periódico de turno.
Tal vez se esperó demasiado de un grupo de jugadores con potencial pero que no estaban preparados mentalmente para afrontar una eliminatoria tan dura como la sudamericana. Tenemos muy buenos jugadores pero, a diferencia de las selecciones clasificadas, no todos juegan en equipos top del mundo (sólo Pizarro y como suplente habitual). A eso hay que sumarle que a los jugadores del medio local les osto ponerse al mismo nivel ellos que venían de afuera.
No hay que olvidarse del incapaz de la FPF, un sujeto con poca capacidad de autocrítica y cuya única prioridad es quedarse para siempre en la presidencia de la institución. Alguien con criterio, dignidad y honestidad, daría un paso al costado pensando en el bien general y no propio. Se necesita renovación de manera urgente. No asegura resultados pero si mayor limpieza en el entorno.
En un año arranca el mundial. Seis meses después arranca un nuevo proceso. Seamos conscientes de nuestras limitaciones y trabajemos en base a ellas para poder aspirar a lograr cosas importantes jalando todos para el mismo lado, sin exigir imposibles ni vender humo. Sin unión de jugadores, dirigentes, afición y periodismo, todo es imposible. Ya lo venimos comprobando hace más de 30 años.
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