El No de Bielsa
Y finalmente se dio
lo que muchos no querían pero otros-entre los que me incluyo-sabían que iba a
pasar. Marcelo Bielsa declino la posibilidad de ser el nuevo entrenador de la
selección peruana de fútbol mediante una carta donde agradece que hayan pensado
en él pero que tenía otros proyectos en mente. Queda claro que esos proyectos
no comulgan con lo que la FPF realmente es: un antro de informalidad y
objetivos poco claros.
No se necesitaba ser
vidente para adivinar que el argentino no iba a venir. Difícil verlo en un
mercado donde el entorno es chabacano, folclórico y poco claro. Como muestra de
la improvisación, tenemos la veraniega Copa Inca, un auténtico mamarracho que
solo sirve para llenar calendario y satisfacer a los auspiciadores. Cualquier
entrenador de jerarquía estaría espantado ante tales cosas.
Burga es poca cosa
ante el argentino. Eso le molesta. Le quita autoridad, y por ende, lo obliga a
tener mayor exposición ante los medios, algo que al presidente no le gusta
nadita... El mandamás de la FPF no quiere un técnico que lo cuestione, que le
hable fuerte, que patee el tablero, entre muchísimas cosas más. Quiere alguien que
se coma el roche y que haga todo lo que él sugiera sin chistar.
Imposible que el
argentino se involucre en un proyecto de esta calaña. Más parecido a un guion
de circo que a un plan mundialista. A eso hay que agregarle la poca
receptividad del futbolista peruano a un proceso que tiene a la disciplina como
su arma principal. No lo dicen abiertamente pero muchos jugadores peruanos
mostraron sus “dudas” con la posibilidad que el rosarino agarrase el timón de
la selección.
Marcelo Bielsa no se
casa con el conformismo ni la improvisación. Y eso lo ha percibido con todo el
manoseo periodístico de los últimos meses respecto a su posible designación. No
le provoca estar inmerso en un entorno que no da las facilidades para trabajar
tranquilo. Sin esas condiciones es imposible que se desarrolle un proyecto a su
estilo.
El universo de
jugadores es pobre respecto a otros países de la región pero podrían haberse
potenciado con la llegada del argentino así como lo hizo en Chile. Una lástima
no poder tener un entrenador de esos quilates pero se entiende perfectamente su
negativa cada vez que se ve un partido del descentralizado: de 22 jugadores, 18
caminan la cancha y el resto trota. Cero dinámica, cero rapidez.
Una negativa que
incomoda pero no duele. Una negativa acorde con los objetivos reales de ambas
partes. Clasificar a Perú a un mundial puede ser una motivación para cualquier
entrenador pero también es rifar prestigio si no se tiene los elementos
adecuados para pelear esa ilusión. La respuesta del mal llamado “Loco” despeja
cualquier tipo de dudas y confirma lo último.
La elección de
Bengochea solo confirma la incapacidad de la FPF y sus pocas ganas de hacer las
cosas bien. El problema real no es el uruguayo. Él no tiene la culpa de que Manuel Burga haga de la FPF su
chacra. Un lugar en donde se juntan personajes con poca capacidad de raciocinio
y con alta dosis de “conchudez”. El No de Bielsa no los afecta, más bien lo
libera de la responsabilidad de trabajar bien, algo a lo cual no están
acostumbrados.
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