Compromiso general


Imposible desarrollar proyectos a largo plazo en entornos como el peruano. En donde restar es más gratificante que sumar. En donde destruir es más fácil que construir. Se prioriza la mala leche como arma para hacer catarsis personales. El descontento general siempre va a ser la consigna de ese grupo de inconformistas que están más cómodos hundidos en la miseria que tratando de llevar adelante un objetivo común.

Gareca no es tonto y sabe en lo que se ha metido. No por ello deja de ser indignante que el tipo no pueda hacer una convocatoria sin que algunos medios e hinchas descarguen toda su furia por haber convocado al jugador más exitoso a nivel clubes de la historia del futbol peruano. Es cierto que su nivel-hoy por hoy-no da para que sea convocable pero quien decide a quien convocar y a quien no, es Ricardo Gareca.

Perú no tiene mayores variables en el extranjero. Es poco lo que hay. La mayoría sin mucho ritmo pero aun así son necesarios dentro de la pobreza con la que contamos a nivel interno. Cuestionar a Pizarro va más allá de su rendimiento a nivel selección. No se le perdona el haber ido a Europa y quedarse. El éxito en el Perú jode, y mucho. Así es imposible luchar por una clasificación al mundial.

El hincha piensa más con el hígado que con la cabeza. No se le puede pedir mucho. En cambio, a ciertos medios, hay que pedirles que sean más tolerantes y menos vende humo. Ellos provocan, muchas veces de manera intencional, que el aficionado reaccione de mala manera ante la selección y sus jugadores. Les venden falsas ilusiones y después no asumen responsabilidades. Eso es nocivo para un entorno que debería estar más limpio.

Cortoplacismo es dañino para un medio como el peruano tan escaso de jugadores de nivel internacional. Se pretende llegar al mundial con poco trabajo. Nos engañamos fácilmente con logros menores. Celebramos subcampeonatos, octavos puestos, es decir, hechos que en otros países se olvidan fácilmente. Aspiramos a mucho pero nos contentamos con poco. Es una contradicción que dice mucho de lo que somos como sociedad futbolera.

Pretender influir en decisiones ajenas habla de la poca tolerancia del peruano al pensamiento del otro. Creerse dueños de la razón no los hace tenerla. Muchos pedían a Gareca y hoy lo cuestionan en menos de una semana. Cada hincha tiene un once ideal, queda claro, pero no por eso tiene que ser el mismo que está delineando el técnico argentino. Siempre el jugador que no está, será el más importante. Más aun en las derrotas.

Con Markarian, varios emigraron. Después de Markarian, muchos regresaron. Hoy tenemos poco para escoger en el mercado internacional. Un poco por falta de calidad y otro por falta de mentalidad. El hincha no entiende eso. El hincha quiere golear todos los partidos cuando lo que debemos priorizar es volver a ser competitivos,. Solo alcanzando ese nivel podemos aspirar a algo más. Por el momento la consigna es esa.

¿El mundial? Que nos esperen en Qatar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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