Vuelta en U

Los títulos se festejan. Sea en Marte, Júpiter o Neptuno. El lugar no modifica, bajo ningún concepto, el derecho que tiene el campeón de celebrar de la manera que ellos lo deseen. La vuelta olímpica no fue diseñada para burlarse del rival, sino para que el campeón festeje con su gente. Lo hecho a lo largo de un campeonato se reconoce de esa manera. El valor del campeonato a celebrar es totalmente irrelevante. Todo campeonato se celebra, simple.

Universitario de Deportes sabe que es más que seguro que Sporting Cristal se corone como campeón-o ganador-del torneo apertura este fin de semana. Aun perdiendo, los rimenses pueden coronarse ante los cremas. Los dirigentes aducen que es por un tema de seguridad, lo cual confirma la incapacidad que tienen para poder organizar un espectáculo deportivo. Honor al vencedor es una práctica que poco a poco se está perdiendo en este lindo deporte.

Viniendo de un club que saca pecho por haber dado vueltas en la casa del clásico rival, resulta  contradictorio que cuando sucede lo contrario, no quieran dar una mano y portarse como verdaderos competidores. Porque al fin al cabo son eso, competidores. El futbol se está tomando más como una guerra que como lo que verdaderamente es. Y eso es sumamente lamentable porque la violencia está ganando presencia cada día más.

Y muchas veces, los mismos protagonistas ayudan a que esa violencia aumente. Con frases provocadoras lo único que hacen es contribuir a que ese clima se vuelva más enrarecido, llegando a niveles en donde la seguridad física del espectador corre peligro. Dicen que dar la vuelta en el monumental es una provocación. Nada más alejado de la verdad. Al contrario, no hacerlo es darle el gusto a los violentos y darles carta libre para tener mayor poder de decisión en el mundo futbol.

Si los mismos hinchas de la U dicen que ganar el Apertura no te convierte en campeón, entonces dejen que Cristal de la vuelta. Total, lo que vale es el campeonato nacional. Una vuelta no te hace ni mejor ni peor que el rival de turno. El futbol no merece que los violentos ganen más espacio. Y que ese espacio, cuente con la colaboración de dirigentes incapaces que solo quieren quedar bien con esos malos hinchas.