Wimbledon 2013

Definitivamente Andy Murray es un gran campeón. Venció con autoridad a un gran rival como Novak Djokovic, número uno del mundo y vigente campeón del torneo. Un torneo que sufrió las tempranas bajas de Rafa Nadal y Roger Federer, ante rivales que no pasaron la siguiente ronda. Un torneo que estaba pintado para que lo gane un tenista británico después de 77 largos años. Un torneo que mantiene la esencia del juego: todos vestidos de blanco.

Un cuadro que se fue acomodando para los dos primeros del ranking mundial. No solo se fueron rápido los mencionados sino también jugadores como Tsonga, Isner y muchos otros por temas de lesión, algo atípico por la cantidad de retirados en el torneo. Los vencedores de Nadal y Federer, Darcis y Stakvosky se fueron con con más pena que gloria y solo con el "placer" de haber dejado fuera a dos animadores del torneo.

Murray no la tuvo fácil pero se fue labrando un camino importante en base a una fortaleza mental que ha ido adquiriendo a lo largo de los años. Estuvo a punto de quedar en semis ante un Fernando Verdasco que ganó los dos primeros sets pero que no pudo ante el repunte de un Murray que siempre contó con el apoyo del publico británico. La gente sabia que ante las eliminaciones de Federer y Nadal, esta era una oportunidad única para el escocés.

La ventaja estaba más del lado del cuadro de Andy que de Nole. El serbio tuvo que sacarse de encima a un pesado Juan Martin Del Potro en el partido más largo del campeonato y en el que definitivamente tuvo que haber afectado mental y físicamente al serbio con miras a la gran final del domingo. Eso no quita méritos al escoces pero enfrentar al argentino desgasta demasiado. Un partido a cinco sets que fue definido por la mayor jerarquía de Nole pero que estuvo para cualquiera.

El argentino tranquilamente pudo haber jugado la final. Tuvo un nivel excelente y se bajó a un duro rival como David Ferrer en cuartos de final sin perder un set. Es más, ni Nole ni la torre de Tandil perdieron set alguno antes de su encuentro. Venia de perder en el césped de Halle ante Hewitt pero demostró en Wimbledon que está para ganarlo en cualquier momento. No le desagrada jugar en césped y eso lo confirma la medalla de bronce que ganó en esta misma cancha en Londres 2012.

Mención aparte para el polaco Jerzy Janowicz quien, a pesar que el cuadro se le abrió  gracias a las deserciones y eliminaciones de jugadores sembrados, demostró que está para competir a un gran nivel si controla su temperamento. Ese carácter especial le jugo en contra ante Murray en semis, más aún jugando ante el favorito de la casa. A diferencia de Darcis y Stahvosky, mantuvo una regularidad y no fue flor de un día. Veremos si sostiene ese rendimiento en el futuro, es joven todavía.

Ahora se viene el US Open en algunas semanas más. El primer GS que ganó Murray y que también han ganado Federer, Djokovic, Nadal y Del Potro. De ese lote debería salir el futuro campeón, no hay posibilidad de sorpresa alguna para las instancias finales. Tal vez un Tsonga o un Ferrer puedan competir a gran altura pero el titulo no debería salir del selecto grupo de los que ya ganaron. El tenis masculino al final tiene más lógica y son los mismos quienes llegan a las definiciones.

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